jueves, 16 de mayo de 2013

no se porque me pasa esto...



No sé porque me pasa esto, en realidad, no sé qué es lo que me pasa. Nunca antes me había sentido así. Es extraño.
No he podido sonreír, y la verdad, no sé cuándo vuelva a hacerlo.
“Volverás a reír cuando algo sea demasiado gracioso”, o al menos, eso dijo mi amiga… pero ya han pasado varios meses, y nada…
Creo que aún me duele, realmente me duele; no entiendo mucho.

Mi vida se ha convertido en un constante “no sé”, ¿y saben lo horrendo que eso es? No sé si las decisiones que tomo son las correctas, no sé si los sentimientos que siento son adecuados, no sé si mis pensamientos son concretos, no sé si mis palabras son precisas, realmente, no sé cuáles son mis sentimientos, y si tan sólo pudiera expresarlos, escribirlos de algún modo, gritarlos. Pero no puedo.

Las sonrisas… hasta ahora, son la segunda cosa más falsa que he conocido; la primera, claro, son las palabras.
No recuerdo cómo es eso, ¿acaso debes alzar ambas comisuras de los labios para formar una sonrisa? ¿O tan sólo con abrir la boca? Creo que hay sonrisas en las miradas, y para ser honesta, esas me gustan más.
“Estarás bien”, ¿es esa oración algo sincero? ¿O es tan sólo otras palabras de consolación?

El “pero” al igual que el “nosotros” son las palabras más jodidas que conozco. “Pero quería hacerlo…”, “Pero eras diferente…”, “Pero te amé…”, “¿Qué pasó con nosotros?” Esas palabras son pura mierda, ¿no lo entienden? El “pero” es una simple traba o excusa que nosotros nos ponemos, y el “nosotros” es una palabra que durante un tiempo sirve para hacer sentir bien y feliz a la persona, ¿pero después? Después tan sólo te hiere, te mata, y tú quieres gritar, pero no lo haces. ¿Es tan difícil decir lo que sientes? No con golpes, ni con acciones, sino con palabras.
¿Ya vez que sí es difícil? Es como, si tú estuvieras en un momento de dolor y llega alguien y te pregunta “¿Eres feliz?”, ¿qué responderías? Porque sabes que eres feliz, quizá no completamente, pero tienes razones para serlo, pero en el momento de la pregunta tú estás lastimado, muerto por dentro, y es ahí, en ese momento, donde comienzas a cuestionarte, ¿realmente eres feliz? Y tu respuesta es simple: “No lo sé”.

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