No sé porque me pasa esto, en realidad, no sé qué es lo que
me pasa. Nunca antes me había sentido así. Es extraño.
No he podido sonreír, y la verdad, no sé cuándo vuelva a
hacerlo.
“Volverás a reír cuando algo sea demasiado gracioso”, o al
menos, eso dijo mi amiga… pero ya han pasado varios meses, y nada…
Creo que aún me duele, realmente me duele; no entiendo
mucho.
Mi vida se ha convertido en un constante “no sé”, ¿y saben
lo horrendo que eso es? No sé si las decisiones que tomo son las correctas, no
sé si los sentimientos que siento son adecuados, no sé si mis pensamientos son
concretos, no sé si mis palabras son precisas, realmente, no sé cuáles son mis
sentimientos, y si tan sólo pudiera expresarlos, escribirlos de algún modo,
gritarlos. Pero no puedo.
Las sonrisas… hasta ahora, son la segunda cosa más falsa que
he conocido; la primera, claro, son las palabras.
No recuerdo cómo es eso, ¿acaso debes alzar ambas comisuras
de los labios para formar una sonrisa? ¿O tan sólo con abrir la boca? Creo que
hay sonrisas en las miradas, y para ser honesta, esas me gustan más.
“Estarás bien”, ¿es esa oración algo sincero? ¿O es tan sólo
otras palabras de consolación?
El “pero” al igual que el “nosotros” son las palabras más
jodidas que conozco. “Pero quería hacerlo…”, “Pero eras diferente…”, “Pero te
amé…”, “¿Qué pasó con nosotros?” Esas palabras son pura mierda, ¿no lo
entienden? El “pero” es una simple traba o excusa que nosotros nos ponemos, y
el “nosotros” es una palabra que durante un tiempo sirve para hacer sentir bien
y feliz a la persona, ¿pero después? Después tan sólo te hiere, te mata, y tú
quieres gritar, pero no lo haces. ¿Es tan difícil decir lo que sientes? No con
golpes, ni con acciones, sino con palabras.
¿Ya vez que sí es difícil? Es como, si tú estuvieras en un
momento de dolor y llega alguien y te pregunta “¿Eres feliz?”, ¿qué
responderías? Porque sabes que eres feliz, quizá no completamente, pero tienes
razones para serlo, pero en el momento de la pregunta tú estás lastimado,
muerto por dentro, y es ahí, en ese momento, donde comienzas a cuestionarte,
¿realmente eres feliz? Y tu respuesta es simple: “No lo sé”.
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